Como todo buen aficionado de las series, una tarde de lluvia me pintó pasar por el video y ver que había. Lost, más Lost, House y más House. De repente me acorde que me habían recomendado una serie de zombis.
Pensé: ¿Zombis? Ni en pedo. Pero bue, es lo único que no he visto. Allí comenzó mi travesía por el mundo de The Walking Dead. En canal FOX, la serie va por el 8 vo capítulo de la tercera temporada. Y la nueva fan de esta aventura de zombis, se “devoró” las primeras dos temporadas en una noche.Un verdadero vicio, cada capítulo es un nuevo desafío para Rick y sus secuaces. Una trama complicada y extrema, colmada de muerte, pero muerte viva o casi viva. Una dicotomía total de la realidad que vivimos.
¿Pero, cuál será el elemento alienador de esta serie?. Gente común, con vidas comunes que de un día para el otro por un virus muy extraño, se mueren y se convierte en zombis que se comen a la gente viva y los transforman en zombis también.
Es como un círculo infernal de “La Divina Comedia” de Dante, donde todos están viviendo en el purgatorio. El motivo de por qué les pasa esto, no se lo cuestionan. No hay tiempo para pensar, sólo para sobrevivir. Crean una nueva sociedad y en ella no puede faltar el líder, que nadie necesita votarlo, surge por sí solo.
Es un interesante viaje por un mundo en dónde los celulares, las computadoras, la ropa de marca y todas esas choluleces al pedo, no existen. El consumismo se fue, sólo queda luchar para sobrevivir. Una serie que más que alienarte, te hace reflexionar lo que realmente es importante en nuestras vidas cotidianas, frase trillada tal vez. Pero, ¿qué harías si el mundo que conoces desaparece de un día para el otro?
Y ahora pienso: Pucha, ¿por qué no vi la serie antes?
Nota de Virginia Pérez Tachini.