Hay una serie de “inventos” sin los que la sociedad moderna no parece posible. Inventos, alimentos, medicinas, productos que desde el momento mismo de su aparición se convirtieron en indispensables para millones y millones de personas.
Les hemos hecho una selección con cinco de los inventos más populares.
Evidentemente hay otros màs. Ahora bien, a pesar de ser artilugios modernos, ya les avisamos que pertenecen todos a la modernidad analógica, no a la digital. Dicho más correctamente, prescindimos de todos los inventos electrónicos (ordenadores, móviles, internet…) que sin duda representan el gran salto tecnológico de las últimas décadas.
1. La aspirina. El alemán Felix Hoffmann registró la patente en 1897 a nombre de Bayer. Su composición es conocida: ácido acetilsalicílico, el verdadero bálsamo de Fierabrás (que según Alonso Quijano, esto es el Quijote de Cervantes, podía curarlo absolutamente todo) del siglo XX. Al año se consumen miles y miles de millones (no exageramos) de unidades en todo el mundo. Eso sí, ni mucho menos son todas son aspirinas de Bayer, sino ácido acetilsalicílico (es decir, lo mismo) pero con otro nombre.
2. Kleenex. Si la aspirina es un clásico ¿qué decir del, o de los, Kleenex? Salieron a la venta por vez primera en el año 1924. La compañía norteamericana Kimberly Clark estaba detrás. Lo curioso es que la compañía solamente había visto en él un desmaquillador… aunque un estudio de 1930 ya demostró que más de la mitad de los compradores utilizaban el papel de usar y tirar para sonarse la nariz.
3. Bic. Lo difícil que lo tenían los jóvenes aspirantes a escritor cuando apenas existían las plumas. Había, es cierto, la posibildad de comprarse una máquina de escribir pero era más de lo mismo: cara, problemática y muy poco operativa. En 1953 un francés, Marcel Bich, patentó un invento que en realidad no era suyo, sino de dos hermanos húngaros: Laszlo y Georg Biro.
4. Tampax. El siglo XX es sin duda el siglo de la mujer. Parecía tenerlo claro la empresa Tambrands, inventora del Tampax. Corría julio de 1936 y mientras en España algunos daban un golpe de estado en los Estados Unidos, cómo no, estaban en cosas más prácticas. Pero, hasta la década de los 60, no siempre fue fácil conseguir mejorar las condiciones higiénicas de las mujeres…
5. Cola Cola. Qué mejor manera que finalizar con un superclásico de nuestro entorno. Año 1946. La durísima posguerra española parecía que no iba a terminar nunca. Y, sin embargo, en tiempos tan difíciles funcionó el marketing más moderno, es decir, el más sencillo: una cuña radiofónica (“Es el Cola Cola desayuno y merienda…”) consiguió que el cacao soluble ideado por Ignacio Ferrero y José M. Ventura se convirtiera en un éxito. Hoy se vende en todo el mundo.