Las vacunas especialmente desarrolladas para combatir a la variante ómicron del coronavirus no serían mejores que las ya existentes, según resultados de estudios con animales.
Apenas se empezó a propagar la variante ómicron del SARS-CoV-2, en diciembre de 2021, los laboratorios BioNTech/Pfizer y Moderna comenzaron a desarrollar vacunas especialmente creadas para combatirla. A finales de enero, ambas compañías iniciaron los primeros ensayos clínicos.
Las vacunas estuvieron listas en un mes
Había buenos motivos para la urgencia, ya que se observó que la nueva variante podía escapar a la barrera inmunitaria creada por las vacunas anteriores, e incluso podía infectar a personas vacunadas con dos dosis y una tercera de refuerzo. Ómicron se diferencia significativamente a nivel biológico de las mutaciones anteriores.
Si bien los pacientes vacunados y con un refuerzo experimentaban un curso más leve de la enfermedad, también con ómicron existía el peligro de que los contagiados propagaran el virus sin saberlo, ya que la enfermedad era asintomática en muchos de ellos. Por lo tanto, parecía necesario el desarrollo de una nueva vacuna.
Ahora que la ola de ómicron casi ha alcanzado su punto máximo en muchos países, y probablemente ya lo haya superado en algunos, también se cuenta con los primeros resultados de los experimentos en animales con las vacunas contra esa variante, recientemente desarrolladas. Pero estos resultados son bastante decepcionantes.
Ninguno de esos estudios ha sido revisado por pares todavía, y solo están disponibles como publicación previa, informa la revista Nature.
Las vacunas de refuerzo anteriores son igual de buenas
Se realizaron cuatro estudios en hámsteres, ratones y monos rhesus, con diferentes vacunas. Tres de ellos, con vacunas de ARN mensajero (ARNm).
Aunque el número total de animales de laboratorio fue pequeño, las vacunas más recientes contra ómicron "realmente no funcionan mejor que un refuerzo con una vacuna convencional", resumió, en entrevista con Nature, David Montefiori, director del Laboratorio de Investigación de Vacunas contra el Sida, de la Universidad Duke, en Carolina del Norte, EE. UU.