"El aire caliente, que se acerca a Moscú, determinará el carácter del tiempo en la ciudad para los próximos cinco días. La temperatura del aire será más alta de la norma climática. Probablemente, el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en la ciudad quedará establecido un nuevo récord de temperatura", afirmó el jefe la agencia meteorológica.
Liajov avisó del fenómeno meteorológico refiriéndose también a la ausencia de nieve en Moscú, algo que no es típico del invierno ruso, aunque en un futuro próximo, durante unos cinco días, habrá amenaza de lluvias si bien no se espera que sean intensas.
Inesperadamente, este calentamiento está provocando algunas anomalías y sorpresas naturales, como el crecimiento de setas, hierbas y algunas flores que no son comunes en esta época. Los cientificos dicen que los hongos que aparecieron en los bosques de las regiones centrales rusas no son tóxicos y que los bolaverdes de ese tipo son comestibles.
A pesar de las noticias positivas para los habitantes de la parte central de Rusia, la gente que vive en algunos distritos de Siberia se enfrenta ahora a una intensa ola de frío que ha llegado al Norte del país. Durante el mes de noviembre, el norte de Rusia no experimentó un otoño tan duro como suele ser habitual. Sin embargo, recientemente se ha declarado el estado de alarma en la zona. Varios centenares de personas se han visto afectadas por un descenso repentino de las temperaturas.
Por ejemplo, en la región de Irkutsk, las temperaturas alcanzaron más de 30 grados bajo cero y como resultado en la población de Novoilimsk se averiaron los conductos de agua caliente y se produjo una avería en las calderas y en los sistemas del calefacción centralizada. En esta población más de un centenar de habitantes tuvieron que ser evacuados por no disponer de medios con los que calentar sus hogares. Los últimos días, el nivel del frío ha descendido, lo que ha permitido que los servicios de emergencia funcionen mejor y los técnicos puedan evaluar los daños en la zona.