Partiendo de éste inciso y editorializando un poco, queremos decirle a todas y todos, los ciudadanos y las ciudadanas, uruguayos y uruguayas, extranjeras y extranjeros, amigas y amigos de Colón Portal, que son bienvenidas y bienvenidos a leer éste humilde artículo (¿artícula?) que intentará mostrarle una visión no-política sobre la novedosa práctica de utilizar un lexico no-sexista.
Antes que nada, dejemos claro que la discriminación hacia la mujer en nuestra sociedad existe y es real, debemos asumir con profunda seriedad el compromiso de luchar todos y cada uno de nosotros desde cada ámbito, por la justa igualdad de género. Es alarmante la cantidad de casos de violencia y situaciones de acoso sexual contra la mujer que son noticia día a día, también siguen existiendo notorias diferencias a favor del hombre en los ámbitos laborales y el sexismo en los medios es moneda corriente, manipulando muchas veces la imagen femenina como objeto sexual para vender un producto.
Luchar por una sociedad menos sexista es una causa noble y justa, es claro que no hay dos puntos de vista sobre ésto, pero a veces, el impulso de las buenas intenciones llevan a utilizan herramientas inadecuadas provocando que se disfrace en parte la realidad. Es el caso del léxico artificial, forzado, repetitivo y falsamente "inclusivo" que han impuesto desde el viejo continente y que está hoy de moda entre los países de habla hispana.
En los últimos años se han publicado numerosas guías de lenguaje no sexista, principalmente en España, editadas por diversas instituciones, universidades, comunidades autónomas, sindicatos y ayuntamientos.
Un aspecto común entre todas éstas guías, es la argumentación; la misma consiste en mostrar una conclusión incorrecta, partiendo de premisas verdaderas. Dan por sentado que el léxico, la morfología y la sintaxis de nuestra lengua han de hacer explícita la relación entre género y sexo, de forma que, se juzgaran automáticamente como sexistas las manifestaciones verbales que no sigan los parámetros que éstas guías establecen.
En otras palabras, quien no se exprese de la forma que éstas guías indican, será catalogado de sexista, porque éstas guías son "no-sexistas".
La Real Academia salió al cruce con un informe titulado “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”, del catedrático Ignacio Bosque, criticando públicamente estas nuevas formas de expresión, por infringir normas gramaticales o léxicos firmemente asentados en nuestro idioma, siendo ésta crítica, disparador de numerosos debates a nivel mundial.
En América Latina, se ha impulsado el uso de éstas guías de lenguaje, principalmente desde la clase política, generando en la práctica, una tendencia a repetir en forma constante el masculino y femenino en todos los nombres, adjetivos y otros términos del lenguaje, provocando que el léxico de algunos discursos terminen rozando lo ridículo y gramaticalmente aberrantes.
Las reglas de ésta nueva tendencia de lenguaje no sexista incluyen, entre otras cosas, la feminización de todas las profesiones y cargos, la concejala, la médica, la gerenta, etc., recomiendan su utilización en los documentos oficiales y promueven el uso de fórmulas pre-establecidas para incluir términos masculinos y femeninos, por ejemplo: "todos y todas, compañeros y compañeros", etc. Pero no conformes aún, fueron más allá promoviendo también el uso de la "x" o la inclusión del arroba, como símbolo de doble grafía, o sea, para incluír a todos y todas, correspondería utilizar el término "tod@s" o "todxs" ¿Como se pronunciaría esto? ¿"todcss"? o ¿"todarrobas"?, por favor!!!
Basado en lo anterior me pregunto ¿un hombre no es una persona? entonces, ¿se debe sentir excluído por ser "persona" una palabra femenina?, o tendré que decir: "a todas las personas y todos los personos..." o peor aún "a tod@s l@s person@s"...
Si los criterios establecidos por éstas guías, fueran llevados a la perfección, resultaría insostenible, insoportable y ridículo, pues deberíamos incluír, entre otras cosas, una enorme cantidad de términos referentes a oficios y profesiones que se han omitido, taxistos, pianistos, poetos, talleristos, etc., transformando el lenguaje en algo tan complejo que nos haría titubear cada vez que debemos expresarnos ante los demás, de hecho, Nicolás Maduro en su intento de ser inclusivo, en medio de un discurso dijo que su gobierno cuenta con el apoyo de “millones y millonas...”.
Tildar de sexista a la persona que utilice el término "todos" para referirse a "todas las personas", es una manifestación de pereza intelectual. Así como también, creerse "inclusivo" por el hecho de expresarse repitiendo el mismo término en masculino y femenino, resulta absurdo y subestima la inteligencia perceptiva de quien recibe el mensaje.
El uso genérico del masculino para referirse a ambos sexos es parte de lengua española, no tiene sentido forzar las estructuras lingüísticas dado a que las letras no son sexistas, la gente es sexista.
Si queremos educar y educarnos en igualdad de condiciones no es necesario hacer malabares con la lengua, el camino va por otro lado.
La RAE decidió pronunciarse en referencia a éste modo de expresión y lo manifiesta a través del informe de Ignacio del Bosque, aquí les dejo el link para quien quiera leerlo y sacar sus propias conclusiones.
www.rae.es/sites/default/files/Sexismo_linguistico_y_visibilidad_de_la_mujer_0.pdf
Darío Finelli.-
Las opiniones y/o conclusiones vertidas en éste artículo son exclusivas de su autor y no expresan necesariamente el pensamiento de éste medio.