El equipo de Dunga sobre el final sufrió la expulsión de Kaká, por doble amarilla (88), lo que significa la pérdida de su armador para el duelo contra el Portugal de Cristiano Ronaldo, en el que defenderá la punta del grupo de la muerte.
Tras vencer 2-1 a Corea del Norte en el debut, Brasil lidera la llave con 6 puntos, seguido con uno por Portugal y los marfileños, que habían empatado 0-0. Brasil salió con todo y ya al minuto, en gran corrida, Kaká cedió a Robinho que disparó apenas alto.
Al tronar de las vuvuzelas, Brasil apostó al triangulo Kaká-Fabiano-Robinho, pero de a poco los marfileños empezaron a llegar con Emmanuel Eboué, que exigió (16) a Julio César, y Aruna Dindane.
El duelo no tenía chances muy claras de gol y las armas brasileñas más peligrosas eran Robinho y las subidas de Maicon.
Sin embargo, en un chispazo y tras gran combinación entre Robinho y Luis Fabiano, Kaká hizo gran jugada que remató fuerte el hombre del Sevilla, alto, dejando sin asunto a Boubacar Barry (25). En su festejo el artillero hizo una seña del número 7 con sus dedos, seguramente por romper su sequía de gol tras siete duelos.
'Los Elefantes' adelantaron líneas en busca del empate, entonces Brasil ganó espacios. El once africano sintió el gol y Drogba y Kalou no aparecían, tampoco Eboué.
Costa de Marfil estaba desorientado y así apareció Luis Fabiano nuevamente, tras bajar el balón con su mano sin que el árbitro lo notara, para luego con categoría aplicar dos sombreros consecutivos y definir con fuerte tiro (50).
Un cabezazo de Drogba que lamió la base del poste tras centro pasado de Dindane fue la mejor chance marfileña (54). El técnico sueco de los marfileños, Sven-Goran Eriksson, sacó a Dindane y puso a Gervinho buscando más peso ofensivo, lo cual consiguió parcialmente. Brasil controlaba el trámite e intentaba liquidarlo en la contra, como con un disparo a quemarropa de Kaká (61) que despejó Barry.
Así, no extrañó que llegara el 3-0. Kaká escapó por la punta, colocó con precisión a la entrada del área chica para la llegada de Elano, que definió bien ante Barry (62).
Elano salió del campo golpeado tras una pelota dividida y así entró el lateral Daniel Alves (67). Kalou, que no hizo casi nada, dejó su lugar a Kader Keita (68), que amargó a Kaká sobre el final.
Maicon no anotó un gol con tiro cruzado apenas desviado (69) y el ingresado Romaric respondió con disparó que despejó Julio César (71). El descuento llegó con Drogba, que aplicó un preciso cabezazo tras centro desde la izquierda (79).
"Partido complicado, atlético, de fuerza física, con muchas faltas. Las personas que dirigen tienen que saber qué es y qué no es fútbol".
Defienden bien y atacan bien, es muy difícil ganarles. Son muy organizados, son extremadamente buenos en defensa. Son muy buenos".
Imágenes absuelven de culpa a Kaká
Regocijo
Brasil convence
Luis Fabiano corta sequía goleadora en la canarinha
El delantero brasileño Luis Fabiano acabó ayer con una sequía goleadora de nueve meses con la 'canarinha', al anotar dos tantos, uno de ellos espectacular, contra Costa de Marfil (3-1).
"Sabía que iba a conseguir marcar. Y cuando llegó el gol, llegaron dos juntos", aseguró el delantero del Sevilla tras el partido, en el que abrió el marcador en el minuto 25 con un trallazo. A principios de la segunda parte (50), en una jugada personal, batió al portero rival.
El jugador cortó así su sequía goleadora con la selección, ya que no marcaba desde el 5 de septiembre del 2009, cuando anotó también dos goles en la victoria de la 'canarinha' por 3-1 contra Argentina en las eliminatorias en un partido disputado en Rosario (300 km al norte de Buenos Aires). Tras el partido contra Costa de Marfil, Luis Fabiano, de 29 años, elevó a 27 sus goles marcados con la selección. Con ambos tantos, Luis Fabiano ganó también su duelo con el delantero estrella de Costa de Marfil, Didier Drogba.
Julio Peñaloza Bretel
El colegiado Stephane Lennoy, de nacionalidad francesa, terminó convirtiéndose en la figura de la cancha en el triunfo de Brasil sobre Costa de Marfil, que confirma cuán buenos jugadores puede tener, pero cuán desangeladas son las escuadras africanas en este torneo, carentes de ambición, con el agravante de contratar técnicos carísimos como Sven-Goran Eriksson, que salió de México por la puerta de atrás y que seguramente "les vendió la moto" a los marfileños que tienen a Drogba como único estandarte de la lucha y la inconformidad con la derrota.
Cuando el juez del partido se deja tentar por el histrionismo y abre la posibilidad del palabreo con los jugadores, suceden cosas que ensucian el juego, cuyos resultados no admiten dudas: Brasil ganó con absoluta superioridad de principio a fin, pero Lennoy, en lugar de sancionar de manera directa y práctica, llamaba a los ocasionales agresores y agredidos para parlamentar sobre sus decisiones. Fue así que Kaká terminó expulsado y los marfileños que habían pegado a diestra y siniestra fueron sobreseídos. Lennoy me recuerda a un tal Medina Cantalejo, que en una versión anterior de la Copa del Mundo hizo cosas parecidas con el poder del silbato.
Otra cosa es que Kaká haya querido marear la perdiz con su muy evangélica sonrisa al levantar innecesariamente un brazo para obstaculizar a un adversario, que posibilitó una repugnante simulación que dio lugar a la doble amarilla. El comité técnico de la FIFA tendrá que ser muy cuidadoso en las evaluaciones para garantizar que con la elección de los jueces para las instancias finales, se produzca esa ecuación que indica que árbitro que pasa desapercibido es el que facilita la fluidez y la buena administración de justicia de cada espectáculo.
En cuanto al desarrollo del partido, Brasil jugó menos maniatado que frente a Corea del Norte, y el excesivo respeto del rival a la verde amarilla dio lugar a que no se pusiera en duda el triunfo que llevó de la mano de la capacidad definidora de Fabiano, pero que abrió el debate acerca de si para su segundo soberbio gol, bajó la pelota con el brazo voluntaria o involuntariamente (otra vez el arbitraje, y aquí en un asunto de ubicación y apreciación).
Brasil ganó con paso de parada, con la seguridad que le permitió el control de la pelota de principio a fin. Todavía es una incógnita lo que pueda hacer cuando los adversarios estén en condiciones de apretarlo, a partir de una lectura de sus debilidades tácticas, pero por ahora, con lo que hace le alcanza y sobra para conseguir la clasificación.