Radicado primeramente en la villa del Salto, donde abrió un pequeño negocio de pulpería, en 1857 se trasladó a Montevideo, continuando en el comercio.
Luego de un viaje a Europa, entre los años 1873-74, regresó decidido a emprender el ramo de la vitivinicultura. En 1874 fundó una granja en el pueblo de Colón, y desde entonces hasta 1883 sostuvo una verdadera lucha para conseguir las cepas que mejor se adaptaran a nuestro clima, lo que le costó siete años de constante dedicación y laborioso trabajo, y en el que invirtió la respetable suma de $ 82.750. Como resultado, dejó una clase de uva que lleva su nombre, muy acreditada para la producción de vino.
El 25 de febrero de 1883 se realizó la primera vendimia en la granja Vidiella, en medio de una fiesta popular. En esa fecha tenía cultivadas cerca de 30 cuadras, con más de 120 mil pies de viñas, y 3500 olivos.
Su estatua, inaugurada en la plaza de Villa Colón, el 22 de marzo de 1891 -obra de Juan Luis y Nicanor Blanes, hijos de Juan Manuel Blanes-, ubicada entre la Avenida Eugenio Garzón y Albérico Passadores consagra los méritos de este progresista ciudadano. El monumento es el primero que se levantara en el Uruguay en homenaje a un extranjero, que no era ni político, ni militar, ni héroe nacional, sino un emprendedor productor y trabajador rural.